Aquí está mi resumen, primero los procedimientos básicos:
Aféitate uno o dos días antes de usar la bomba por primera vez. Es buena idea recortar primero los vellos púbicos de la base del pene y entonces, afeitar cuidadosamente, con una navaja, un delgado aro alrededor de la base y hasta cerca de la mitad del escroto, si tienes vellos en esa parte. Hacer esto con antelación dará tiempo para que cualquier rasguño o irritación sane antes del bombeado. El recortado/afeitado proporcionará una superficie limpia que actuará como un sello de presión en el contorno del cilindro. El afeitado no cambiará mucho la apariencia de tu pubis y hasta tendrás la ventaja de dar la ilusión de un pene más largo, incluso antes de que hayas bombeado por primera vez. Cuando, al pasar los días, te empiece a dar comezón dicha zona, sabrás que es hora de afeitarse de nuevo.
Prepara tu cilindro. Ten a mano un marcador permanente y un trapo de tela limpio y seco. Conecta las roscas (couplers) macho y hembra de tu cilindro y manguera o tubo de aire. Reparte una delgada capa de lubricante en el borde del fondo. Aplica y distribuye uniformemente una pequeña cantidad de lubricante a base de glicerina por todo el fondo del cilindro, adentro, y dos o tres pulgadas hacia arriba.
Aplica una delgada capa de lubricante al glande y al tronco de tu pene, pero no hasta llegar a los testículos. Si la piel del escroto está resbalosa habrá más probabilidades de que uno de tus testículos sea jalado hacia adentro del cilindro bajo presión. No sería el fin del mundo, pero no se siente muy bien que digamos cuando sucede. Prefiero no recordar esa sensación, aparte de que cuando ocurre se vuelve necesario reestabilizar un sello antes de continuar.
Es más fácil que consigas un buen sellado si entras el pene en el tubo cuando éste se encuentra en estado erecto o semierecto. También puedes bombear en estado flácido. En tal caso, incrementa la presión gradualmente a medida que ganas una erección por consecuencia de la presión. Apurarse no es recomendable para tu sistema vascular, aparte de que el tejido del pene es bastante sensible. Cuando quieras una erección normal no la trates de conseguir en 20 segundos obligatoriamente. Tómate tu tiempo, incrementa las cosas paso a paso.
Sécate las manos con el trapo. Las manos mojadas o resbaladizas hacen que el manejo del cilindro o los agarradores de una bomba sea un verdadero dolor de cabeza.
Introduce tu pene en el cilindro. Con tu mano libre jala tu saco escrotal un poco hacia abajo para acomodar la boca del cilindro. Encaja cómodamente dicho borde contra tu hueso púbico y rota el cilindro un cuarto de vuelta (45 grados). Luego haz lo mismo, pero al revés, para así crear un sello firme y hermético. Ahora ya estás listo para bombear.
Mide el tiempo. Considero que el mismo es fundamental en el bombeado. Desde que empieces a bombear y te asegures de tener un sello adecuado, verifica tu reloj y empieza a tomar el tiempo.
Marca tu progreso. Hacia el final de tu primera sesión, toma tu marcador o felpa y escribe una marca en la parte exterior del tubo, indicando la parte más lejana a donde llegaba la punta de tu glande. Utilizarás estas medidas para indicar tu progreso gradual durante futuras sesiones de bombeo.
El bombeado se siente diferente a todo lo que había experimentado antes. Cuando lo hice por primera vez no estaba preparado para las sensaciones y todo escapó de mi control antes de que pudiera soltar la presión y eyaculé dentro del tubo. Bajo presión, el semen no tiene a donde ir mas que esparcirse por todos lados dentro del tubo, lo que les aseguro, me llevó a creer que me lo había explotado. Obvio que no, pero aprendí rápidamente que debía tener una actitud más científica y formal. Desde entonces no he vuelto a tener ese problema.
La primera cosa por aprender es entender la diferencia entre placer y dolor. La línea entre ambos puede ser muy delgada. No vayas más allá del placer, jamás, pues el dolor es la causa de pequeñas hemorragias en la piel, ampollas, y distorsiones de la carne. Si te haces daño, tendrás que desistir de bombear hasta que sanes. Debes experimentar una firme sensación de succión y una agradable impresión de expansión en el tronco y en el glande de tu pene.
Especialmente para los principiantes, cuando tu sesión de bombeo haya terminado, PARA, no importa cuánto estés disfrutando lo que ocurre dentro del tubo, o que tan placentero pueda ser para ti. Recuerda que estás estirando la piel y el tejido de tu pene de formas en las que nunca habían sido sometidos antes. No te dejes llevar de las sensaciones. Sólo detente y espera a la siguiente sesión.
Cada vez que termino una sesión, agrego algo de lubricante a mi pene y me tomo un par de minutos masajeándolo, poniendo atención a todas sus superficies. El masaje ayuda a deshacer cualquier acumulación de fluidos que pudiera haber sido creada por ser más entusiastas de la cuenta con la presión o con el tiempo. Además asegura el fluido adecuado de sangre a lo largo del pene. No obstante, el masaje NO hará desaparecer abrasiones o ampollas si te pasaste con la presión, aunque puede ser de ayuda en el sanado.
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